El soplo al corazón, 50 aniversario (1971-2021)

Le Souffle au coeur

El soplo al corazón, 50 aniversario (1971-2021)

El soplo al corazón

(Le Souffle au coeur / Soffio al cuore / Herzflimmern, 1971)

Louis Malle había despuntado con el documental submarino El mundo del silencio (Le Monde du silence, 1956), codirigido con el almirante Cousteau. Luego vendría Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l’échafaud, 1958), que lo situó erróneamente con la Nouvelle Vague –de la que siempre se desmarcó-, la experimental Zazie en el metro (Zazie dans le métro, 1960) y El fuego fatuo (Le Feu follet, 1963), entre otras. Todas cimentan su prestigio, pero aún no había encontrado su historia ideal. Tras regresar de la India, donde rueda el documental Calcutta (1969), escribe y dirige la que en mi opinión es su obra más sincera, valiente e importante, Le Souffle au coeur. Su recepción es un escándalo monstruoso y exagerado porque explora uno de los tabúes intocables de las sociedades monoteístas -judeocristianas-: el incesto (algo sí practicado en el Antiguo Egipto o en ciertas tribus precolombinas). Desde entonces y hasta su muerte la polémica le acompañará. Lejos de amilanarle, le envalentona: ahí está, para demostrarlo, La pequeña (Pretty Baby, 1978), aún más provocadora que Le Souffle au coeur. Porque en el fondo El soplo al corazón no es una provocación, tan sólo retrata el despertar sexual de un adolescente de catorce años y el amor edípico mutuo entre una madre y su hijo.

 

La obscenidad está en el ojo del que mira, no en el acto amoroso en sí, parece querer decirnos Malle. Su postura no es moralista, sino romántica, y eso a los dogmáticos de la moral les duele, les escuece. La historia cuenta cómo entre la primavera y el verano de 1954 en el sanatorio de Norvan, próximo a Dijon, el adolescente de catorce años Laurent “Rizzo” Chevalier (Benoît Ferreux) pasa una convalecencia en compañía de su joven madre Clara (Lea Massari). Clara, italiana de 35 años, tenía sólo 16 cuando se casó con el estirado ginecólogo Charles Chevalier (Daniel Gélin), con quien tiene tres hijos. La naturaleza enfermiza de Laurent y el hecho de que sea el menor de los tres hace que Clara sienta un cariño especial hacia él. Laurent es introvertido, le gusta la lectura y estudia con ahínco, pero no se relaciona lo suficiente con los de su edad. Su ebullición sexual le hace ver las cosas de otro modo. Primero se enfrenta a las figuras dominantes: su inflexible padre y el sacerdote Henri (Michael Lonsdale), luego realiza cosas propias de su edad púber, actos que reafirman su hombría, su masculinidad, beber alcohol, fumar puros, bailar con chicas, masturbarse, su atracción por la joven Hélène (Jacqueline Chauvaud) o sus primeros escarceos con la prostituta Freda (Gila von Weiterhausen, por entonces mujer de Malle, con quien tendría su primer hijo). Cuando su madre Clara regresa al balneario tras romper con su amante la depresión la invade, Laurent la tranquiliza, surgen caricias, besos incipientes…, a la intimidad emocional se une la intimidad física. Madre e hijo, unidos por un vínculo amoroso sublime, hacen el amor con total naturalidad. El gozo, más allá del placer obsceno o vergonzante, es un gozo de los sentidos unido al de los sentimientos más profundos, cómplices, de una plenitud única. Lejos de traumatizarle, el recuerdo del hecho para Laurent le reafirmará en su amor hacia su madre, su amor propio y el amor hacia las personas (colabora con la Cruz Roja, detalle de guión casi imperceptible pero vital). No existen culpa ni pecado. El hedonismo vitalista del film, el pudor delicado en el tratamiento de los desnudos, el respeto de la mirada del cineasta, la calidez fotográfica, la dulzura musical y la verdad que transmiten los actores convierten un tabú en un acto de amor cinematográfico.

 

Diego Moldes

 

Dirección y guión: Louis Malle (Thumeries, Nord, Francia, 1932- Beverly Hills, California, 1995). Fotografía: Ricardo Aronovich. Música: Gaston Frèche, Charlie Parker, Henri Renaud, Sidney Bechet. Dirección Artística: Jean-Jacques Caziot, Philippe Turlure. Montaje: Suzanne Baron, Catherine Brasier-Snopko, Solange Leprince. Producción: Vincent Malle, Claude Nedjar. Intérpretes: Lea Massari, Benoît Ferreux, Daniel Gélin, Michael Lonsdale, Ave Ninchi, Gila von Weitershausen, Fabien Ferreux, Marc Winocourt, Micheline Bona, Henri Poirier. Nac.: Francia, Italia, R. F A. Dur.: 118 min. Color.

 

Diego Moldes
diegomoldes@hotmail.com
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