![Colón judeoconverso](https://diegomoldes.com/wp-content/uploads/2024/10/Colon-judio..png)
14 Oct ¿Cristóbal Colón era de origen judío?
![Colón judeoconverso](https://diegomoldes.com/wp-content/uploads/2024/10/Colon-judio.-300x145.png)
¿Era Cristóbal Colón judeoconverso?
Madrid, 14 de octubre de 2024.
El sábado 12 de octubre de 2024 muchos españoles e hispanohablantes vimos el documental Colón ADN. Su verdadero origen, escrito y dirigido por Regis Francisco López. La expectación fue máxima y, desde la misma madrugada del sábado al domingo, se han sucedido artículos en los principales medios de comunicación en español. De las veinticinco teorías analizadas a lo largo de más de veinte años (2003-2024), se consideraron finalistas ocho (como si fuese un vergonzante concurso televisivo). Los resultados de los análisis de ADN de los restos de Colón exhumados en Sevilla en 2001, descartan todas las teorías sobre su origen (incluido el genovés) salvo las de su origen en la Ría de Pontevedra (familia Colón, originaria de lo que hoy es Portosanto, parroquia de San Salvador, Concello de Poio; entonces, en el siglo XV, no existían ni la parroquia ni por supuesto el Concello, y el lugar coincide geográficamente con la llamada Finca de Andurique) y la de su ascendencia judía. Origen que, obviamente, Colón habría ocultado.
Hay que aclarar que determinar el grupo étnico de un individuo no implica, en modo alguno, determinar su lugar de nacimiento. Una cosa no guarda relación con la otra. Pensemos que entre 1391 y 1492, por ceñirnos a dos fechas clave en la Historia Hispanojudía, había judíos ibéricos en numerosas ciudades europeas, asiáticas y africanas. De Oeste a Este, las comunidades judías se extendían desde el Finisterre gallego hasta las costas de China (desde al menos la dinastía Song), en Ningbo (comunidades judías documentadas desde el siglo XV). Más de diez mil kilómetros. Incluso más lejos, porque la presencia de judíos radanitas, llegó hasta Corea y Japón, al menos desde el siglo X.
También es importante no caer en trampas semánticas. Descartar el origen «genovés» porque «en el siglo XV no había comunidad judía en Génova», como se ha dicho, no significa lo mismo si nos referimos a la ciudad de Génova que a la República de Génova. Colón jamás escribió que nació en la ciudad de Génova, sino en Génova (territorio extenso y lingüísticamente ligur, de la República del mismo nombre). La tesis italiana más plausible sitúa el nacimiento de Colón (Colombo) en Savona, donde sí había comunidad judía en tiempos vida del almirante. (Cfr.: Urbani, R.- Zazzu, G., N., The Jews in Genoa, 2 voll., Leiden-Boston-Colonia, 1999.). Por otro lado, sabemos que en las conversiones de 1449 (la mayoría forzosas) algunos judíos ibéricos convertidos al catolicismo se instalaron en otras ciudades del Mediterráneo, entre ellas localidades de la República de Génova. Lógicamente, si los supuestos o hipotéticos padres de Colón hubiesen sido unos de ellos y hubiesen recalado en Génova, circa 1450, lo habrían hecho como cristianos, no como judíos, por lo que, sobre ellos o sus descencientes, no habría registro hebreo de ningún tipo.
El forense José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada, analizó con sus equipos los restos óseos de Colón y de su hijo Hernando y aseguró que “en el ADN mitocondrial y en el cromosoma Y de su hijo Hernando Colón hay rasgos compatibles con su origen judío”.
No entiendo como un catedrático de Medicina de una Universidad pública española [y la de Granada, en investigación. es de las diez mejores], el doctor José Antonio Lorente Acosta, se puede prestar a este show televisivo sin haber publicado su estudio científico. Hasta que no lo haga y ese informe forense se valide por pares y por parte de la comunidad académica, no tendrá ninguna credibilidad.
Al parecer, según he leído en El País y La vanguardia, en noviembre se hará una rueda de prensa y luego se publicará el informe científico en una revista internacional. Hasta que esto ocurra, el documental no merece ningún crédito.
Es muy extraño y completamente inusual que primero se emita el documental [y en horario de máxima audiencia un sábado a las 22.40 h., en La 1 y no en La 2, que es la cadena pública que habitualmente emite estos documentales] y luego se publique el estudio forense y no al revés. Esto no tiene precedentes conocidos.
¿Estamos ante un bulo o una heterodoxia mediática sustentada en ciencia? Aún no lo sabemos, pero el visionado abre muchas dudas. Muchísimas.
Además, la medicina forense no puede ser la única vía de investigación. La arqueología y la historiografía, junto a otras disciplinas y subdisciplinas (de Historia y de otras áreas), deben combinarse para que diversos equipos multidisciplinares trabajen con rigor en algo sólido y fundamentado.
Las pruebas de ADN de los restos de Colón, exhumados en la Catedral de Sevilla, supuestamente confirmarían que era judío, judeoconverso para ser más precisos. Una tesis que no es nueva, de hecho es la más antigua que existe: ya lo dejó escrito el rabino Joseph Hacohen en 1557. Lo publiqué en mi libro Antonio de Nebrija y su origen judeoconverso (2023). Es cierto que siempre creí que Colón era judeoconverso y de la Ría de Pontevedra. Desde que de niño leí una fotocopia facsimilar de los textos de Celso García de la Riega (que se remontan a 1897 y fueron los primeros en cuestionar el origen genovés de Colón/Colombo) que me dio mi padre. Permítaseme la cita personal y entiéndase el sesgo cognitivo en este punto.
El origen gallego pontevedrés y el origen judío, o más bien judeoconverso de Colón (pues consta que Colón era cristiano y si fuese criptojudío, eso no se puede probar) son posibles, creo que probables, pero no se han demostrado. Quizá nunca se puedan demostrar.
Porque mis creencias no son una verdad científica. Ni las de nadie. El conocimiento no se basa en creencias, sino en verdades. En hechos, no en suposiciones.
En mi ensayo Antonio de Nebrija y su origen judeoconverso (Gedisa, Barcelona, 2023, páginas 49-51) incluí esta nota a pie de página:
«Aquí, el caso más sonado, es del de Cristóbal Colón, sobre el que se han escrito ríos de tinta sobre sus posibles orígenes geográficos y étnicos. En todos los casos, se evidencia que Colón ocultaba algo. No sabemos exactamente qué ni por qué. Sobre la ascendencia judeoconversa de Colón se ha escrito bastante, durante siglos, casi siempre situando a sus padres como judeoconversos ibéricos. Así, la más temprana mención al origen marrano -y genovés- de Colón se la debemos al historiador, rabino y erudito políglota Joseph Hacohen (Avignon, 1496- Génova, c. 1575), en su obra Matztib Gebulot ‘Ammim (1557), que se podría traducir cómo Quién establece los límites de las naciones. Aunque nacido en Avignon, Hacohen (o ha-Kohen) era italiano, de padres sefardíes, y pasó su infancia y los últimos años de su vida en Génova, la supuesta ciudad-patria de Colón. En esa pequeña obra histórica sobre la conquista de México, incluye su narración histórica de los primeros viajes de Colón y en ellos, se lee, como decíamos, la primera cita histórica sobre el origen judeoconverso de Cristóbal Colón (c.1451-1506). Siendo sus padres coetáneos de Colón (el navegante muere cuando Hacohen tiene once o doce años y Nebrija más de sesenta) y afincados también en Génova, el historiador hebreo debería tener sus razones. En todo caso, nada está probado. Cf. MAY, Harry S., The Vale of Tears (Emek Habacha) Joseph Hacohen & The Anonymous Corrector, Martinus Nijhoff, La Haya, 1971, p. XI. El origen criptojudío de Colón ha sido fuente de bastantes (¿demasiados?) libros y artículos, situando sus orígenes en localidades de Italia, Portugal, Galicia (Pontevedra) o la Corona de Aragón (Baleares y Cataluña). Además, Colón, que financió su viaje gracias a dos mecenas judíos y uno judeoconverso (la Corona no aportó ni un maravedí), justo antes del Edicto de Granada, zarpó de Palos de Moguer el 3 de agosto de 1492 (no llegó a La Española hasta el 12 de octubre porque del 9 de agosto al 6 de septiembre permaneció atracado en las Islas Canarias) con una tripulación compuesta por judeoconversos en más de la mitad de sus miembros (3 días después de que venciese el plazo de salida de los judíos). Sin embargo, la tripulación estuvo embarcada desde la noche del 31 de julio. Se les dijo que zarparían el día 2, pero Colón retrasó un día la salida. Así lo relató Esther Mostovich de Cukierman: «Curiosa coincidencia, ese fue el mismo día en que embarcaron todos los pasajeros en las tres carabelas de Colón. Y todos quedaron a bordo, durante dos días, antes de partir el barco. Dicen las crónicas que la marea era buena para hacerse a la mar, pero el 2 de agosto de ese año fue el 9 de Av, (en el calendario hebreo, aniversario de la destrucción del Primer y Segundo Templo de Jerusalem). La tradición hebrea marca ese día para guardar luto y establece que, en esa fecha, no se deben emprender viajes. Nadie que conociera esa tradición judía, iba a hacerse a la mar el 9 de Av porque entendería que le traería desgracia. En cualquier caso, la expedición salió a la mar el 3 de agosto.” (https://esefarad.com/?p=66674, consultado en agosto de 2021) La coincidencia de fechas no ha dejado de sorprender a los historiadores. Y a los especuladores, cierto. Entre otros, el gran historiador Paul Johnson (Manchester, 1928), británico católico, ha admitido el posible origen judío sefardí de la familia de Colón en La historia de los judíos (Johnson, 2009, 339).»
Antonio de Nebrija y Cristóbal Colón se conocieron en el convento dominico de San Esteban de Salamanca, en la audiencias que la reina Isabel de Castilla dio allí entre los días transcurridos entre la navidad de 1486 y el día de reyes de 1487. Los Reyes Católicos se habían alojado allí con su corte en una parada de su viaje a Santiago de Compostela. La inmensa mayoría de las personas que estuvieron en contacto simultáneo con Nebrija y Colón, amigos, conocidos, colegas, etcétera, eran judeoconversos, comenzando con el confesor de la Reina, fray Hernando de Talavera, (importante eclesiástico que se opuso a la creación de la Inquisición, primer Arzobispo de Granada en 1493, y que era conocido converso) y un largo etcétera, en donde se incluyen también judíos que no quisieron convertirse al cristianismo y se fueron de España en 1492, como Abraham Zacuto. Hernando de Talavera fue fue quien medió para que ambos, Colón y Nebrija, por separado, pudiesen tener audiencia con la reina Isabel. Ella autorizó los dos proyectos más importantes de la cultura hispánica: la Gramática Castellana y el Viaje de Colón al Nuevo Mundo. Ambos proyectos se desarrollaron por separado durante seis años y medio, desde inicios de 1487 hasta agosto de 1492. Sí, la Gramática sobre la lengua castellana concluyó su impresión en Salamanca el 18 de agosto de 1492: ese mismo día Colón estaba con sus tres carabelas atracado en las Islas Canarias, recogiendo víveres. [Para lo interesados en este contexto de Colón y Nebrija en esos años, es obligada la lectura de El nuevo mundo de Nebrija y Colón (primera edición de 1983), del académico Francisco Rico, (1942-2024). Es una pena su fallecimiento. Si viviese este gran erudito, tan polemista, sería interesantísimo conocer su opinión sobre el documental.].
Pensar que la coincidencia total de fechas es producto de una casualidad histórica me parece de una ingenuidad pasmosa. Pero, de nuevo, debo aclarar al lector que lo que a mí me parezca o no algo, carece de importancia. Lo importante son los hechos. Y como se interpretan.
Veamos, a modo de ejemplo, una interpretación errónea, de otro informe científico genético.
Desde 2008 sabemos que «El 19,8 por ciento de los cromosomas de la población masculina española presenta características genéticas atribuibles a los ancestros judíos sefardíes», según el estudio El legado genético de la diversidad e intolerancia religiosa: linajes paternos de cristianos, judíos y musulmanes en la Península Ibérica (Universidad de Leicester y Universidad Pompeu Fabra. Aclaro que la Universitat Pompeu Fabra ha liderado durante varios años el ránking de universidades españolas en investigación.) Pero afirmar que, como casi el 20% de los varones españoles tiene ese haplotipo sefardí, una de cada cinco de nosotros tiene origen judío es, científicamente, un disparate. Ningún científico haría esa afirmación. Sea o no genetista. O genealogista.
La mayor especialista en Colón, la gran historiadora Consuelo Varela ha declarado al Diario de Sevilla: «Realmente me pareció material de televisión. Cuando Lorente justifique estas afirmaciones en una revista científica de prestigio con argumentos y datos, juzgaremos. El documental era como el Hola. Me resultó decepcionante.» Varela es la esposa del historiador y gran latinisista Juan Gil, el académico de la RAE que fue prologuista de mi libro sobre Nebrija y que sí defiende la teoría de un Colón judeoconverso y genovés. Todo lo que escriben Juan Gil y Consuelo Varela me parece del máximo rigor histórico posible.
Hoy, 14 de octubre de 2024, pienso que acaso estamos más cerca de conocer el origen judío de Cristóbal Colón, pero no se ha descubierto nada. Nada demostrable, quiero decir.
Hasta que no se pruebe científicamente que los restos de Colón coinciden genéticamente con los del tipo judío sefardí, el documental mencionado no es nada más que humo acientífico.
Diego Moldes.
No hay comentarios